Creado por Mathias Goeritz y Daniel Mont; es uno de los edificios más significativos de la arquitectura del siglo XX, creado para el diálogo de las artes visuales de nuestro tiempo.
Siendo un edificio a manera de una escultura habitable de múltiples posibilidades formales, Goeritz esbozó su idea del espacio a construir de un modo más simbólico que funcional.
Comenzó construyendo muros altos en total asimetría para brindarle total autonomía al interior y así provocar diferentes sensaciones en función a escala.
Su acceso esta formado por un pasillo que se fuga como resultado de la posción de los muros centrales que lo generaron; desemboca en la galería central en donde se vincúla con los diferentes espacios que conforman al museo.
La galería principal se encuentra a un costado de el patio principal; un ventanal en forma de cruz y una torre amarilla pretenden brindar un orden simbólico a los descubrimientos de Goeritz.
El museo propone un espacio abierto a la experimentación de la expresión plástica, visual, sonora y escénica.
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